LA NOVIA DE 9 METROS DE CANDY ROCK. Una comedia inédita en España, único largometraje protagonizado en solitario por el cómico Lou Costello (yo recuerdo haber visto algún telefilme en los sesenta en la que era protagonista absoluto) que no pudo ver estrenada a causa de un infarto que le quitó la vida.
Abbott y Costello eran célebres sobretodo por sus comedias fantásticas, como lo es la presente. Su humor, típicamente americano, es simplón, infantil y poco ingenioso. Eran mucho mejores en actuaciones en directo con sus galimatías verbales intraducibles en otro idioma que no fuera el suyo.
Sin embargo esa sencillez les hace simpáticos, sobretodo al orondo Lou ya que su pareja era un complemento. Es decir, como en los payasos de toda la vida había el tonto y el listo. La utilidad del listo era servir en bandeja al tonto las posibilidades de realizar sus gracias. Toda la comicidad se apoyaba en éste.
Por eso, en la película que nos ocupa la falta de Abbott apenas la echamos de menos. Es todo lo contrario de Zenobia con Oliver Hardy, ya que en este caso el clown comentario era éste y al protagonizar sólo la película sin Laurel, que era el principal soporte creativo, el resultado se resentía.
Costello nos ofrece una variante de su personaje, es menos estúpido, más “normal”, es decir no es tan zoquete como era en sus anteriores trabajos. Por fin tiene novia y se casa. No basa su humor en sus continuas torpezas sino en una situación explosiva. Su novia, su bella novia crece, crece, crece hasta los 30 pies o mejor dicho 9 metros en nuestro sistema métrico decimal.
¿Qué hacer con una bellísima rubia de 9 metros en tu casa? La tiene que duchar con una manguera. Resulta curiosa esta irrupción del erotismo en la casta filmografía de Lou, ya que debe utilizar una larga manguera para bañar a su esposa cuya cabeza sobresale por el techo del establo. Se supone su desnudez y provoca un incidente con el ejército norteamericano que sobrevuelan la zona con un helicóptero llevándose una gran sorpresa ante la visión de tamaño monumento (nunca mejor dicho) en bolas.
La película carece de medios para convertirse en una producción importante, se parece a la serie B de los años cincuenta. Las películas de Bert I. Gordon, William Castle, Jack Arnold. Películas que en muchos casos eran ingenuas, sencillas, pero simpáticas y entrañables por su falta de pretensiones.
La película no tuvo éxito, pero el tiempo la ha convertido en clásico tal vez por la presencia de Lou Costello en solitario a quien se le buscó una novia muy agradable, Dorothy Provine, vista en numerosas comedias parecidas y en The Bonnie Parker Story (1958), rodada un año antes, en la que era nada más y nada menos que la primera Bonnie Parker, del dúo Bonnie y Clyde, nueve años antes que triunfara Faye Dunaway con este papel. Su composición era perfecta, le daba un aspecto de mujer dura impresionante.

Salvador Sáinz