UNA HORA CONTIGO (1932)


UNA HORA CONTIGO. Título original: One Hour with You. Año 1932. País: Estados Unidos. Director: Ernst Lubitsch (ayudante de dirección: George Cukor). Intérprete: Maurice Chevalier, Jeanette MacDonald, Genevieve Tobin, Roland Young, Charlie Ruggles, Josephine Dunn, George Barbier, Mae Questel. Guión: Samson Raphaelson. Música: Richard Whitting, Oscar Strauss. Fotografía: Victor Milner (B&W). Productora: Paramount / Ernst Lubitsch Production. Duración: 80 minutos. Comedia. Musical | Comedia sofisticada. Comedia romántica

Una hora contigo es una comedia sofisticada del maestro Ernst Lubitsch, uno de los más grandes directores del género. Protagonizada por la pareja Jeanette McDonald y Maurice Chevalier, resulta curioso en que al contrario del resto de su filmografía conjunta, en la que ambos interpretan a seductores que acaban en boda, en el presente caso al contrario ya están casados desde el principio.
La trama gira alrededor de los métodos para conservar este matrimonio aunque con una filosofía muy frívola. Podríamos decir que su idea podría resumirse así: “si tu marido te engaña le pagas con la misma moneda”. Así intercambian cuernos y todos contentos.
La comedia corrosiva de Lubitsch contrasta pues con otros filmes de la pareja no sólo en el detalle sino en el carácter adulto de la narración, lejos de las almibaradas operetas que les hizo triunfar. Almibaradas sólo en apariencia, estamos ante el gran Lubitsch maestro de la sugerencia.
Jeanette McDonald y Maurice Chevalier exhiben sus habilidades canoras, así como su talento para la comedia. McDonald exhibe un sentido del humor ausente en sus posteriores trabajos para la Metro. Para quien suscribe siempre prefirió su etapa en la Paramount como la presente.
Lubitsch no duda en presentar toda clase de sugerencias como la secuencia en que Charlie Ruggles, el ridículo marido de Genevieve Tobin, vestido de Romeo por error para acudir a la fiesta del matrimonio protagonista. Cuando le reprende el error a su mayordomo, este exclama “Es que deseaba verle en leotardos”, insinuando la homosexualidad de éste.
Al mismo tiempo que se rodó este film, Lubitsch dirigió Une heure près de toi (1932), una réplica francófona con los mismos decorados, los mismos protagonistas pero cambiando los secundarios por actores de habla francesa.
El maestro Lubitsch una vez más acredita quien fue, uno de los más grandes creadores de la gran pantalla.

Salvador Sáinz