EL GUIA DEL DESFILADERO (PATHFINDER) (2007)


EL GUIA DEL DESFILADERO (PATHFINDER). Titulo original: Pathfinder. Año: 2007. Nacionalidad: USA. Dirección: Marcus Nispel. Intérpretes: Karl Urban (Ghost), Moon Bloodgood (Starfire), Russell Means (Pathfinder), Clancy Brown (Gunnar), Jay Tavare (Blackwing), Ralf Moeller (Ulfar), Nathaniel Arcand (Wind in Tree), Kevin Loring (Jester). Guión: Laeta Kalogridis; basado en el guión de Nils Gaup para la película Ofelas. Producción: Mike Medavoy, Arnorl W. Messer y Marcus Nispel. Música: Jonathan Elias. Fotografía: Daniel C. Pearl. 20th Century Fox. Duración: 99 min. Aventuras. Fantástico. Acción | Gore. Vikingos. Siglo X. Remake

Pathfinder es un film noruego de 1987 que obtuvo un inesperado pero justo éxito allende sus fronteras. Su argumento giraba alrededor de una leyenda del siglo XI en la que unos invasores, los chudes, entraban en Laponia asesinando gente sin que sepamos porqué. El argumento se volvió a utilizar veinte años después por los estadounidenses para rodar su inevitable remake sustituyendo a los pacíficos lapones por aguerridos indios del norte, los chudes se convierten en vikingos.
En la parte positiva de la película tenemos pues el hecho de que se cuenten las incursiones vikingas en América donde llegaron quinientos o seiscientos años antes que Cristobal Colón aunque no tuviera trascendencia. Incluso existen polémicas obre quien descubrió el continente, si los españoles (los castellanos) o los normandos (los vikingos). En realidad el descubrimiento oficial es el de Colón que navegó bajo la bandera del reino de Castilla.
Estos vikingos de la película no son tan simpáticos como los que rodó Richard Fleischer en 1958 con Kirk Douglas, en este caso son una máquina de matar ciega.
Los indios se verán desbordados por estos fieros guerreros. Al principio de la película les vemos asesinando a una indefensa niña de pocos años.
En este caso nos encontramos ante un filme bastante maniqueo que tiene un detalle que no me gusta, muy típico de la cinematografía de aquel país. El héroe no es un indio, en el film original era un lapón de dieciséis años que utilizaba la astucia para combatir al invasor. En este caso es un luchador que vence a todo el mundo con su espada. Se trata de un niño vikingo abandonado en América a causa de un naufragio.
Crece entre los indios, que siempre le tratan como un “extranjero” pero cuando vienen los “hombres dragones” es quien les hará frente. Los vikingos masacran el poblado de sus padres adoptivos y los guerreros indios no serán capaces de hacerles frente.
Es decir de nuevo nos encontramos al súper héroe blanco, ¿poqué no un indígena ya que la acción transcurre en América? En fin, lo de siempre.
La película es oscura, al contrario de la original que era un filme modesto pero atractivo, la presente es lujosa con numerosas escenas de acción muy bien rodadas pero que en algunas ocasiones resultan gratuitas.
Marcus Nispel es recordado por sus remakes de filmes de culto como La matanza de Texas (2003), Viernes 13 (2009) y Conan el Bárbaro (2011) que han recibido grandes dosis de jarabe de palo por parte de los críticos.
Aquí sólo nos queda repetir el famoso tópico “la película original es mucho mejor”. ¿Acaso no es verdad?

Salvador Sáinz