OLIVER TWIST (1948)

Son varias las adaptaciones de la novela de Charles Dickens que nos ocupa que han llegado a las pantallas mundiales. Recordemos el famoso musical Oliver en la que se dulcificaba el personaje de Fagin, el perverso villano en la que el autor volcaba toda su antipatía. Esa especie de usurero judío que recluta huérfanos a los que enseña a robar y a los que adiestra en las malas artes.
El brutal Billy Sakes, alumno aventajado de Fagin, y su nuevo delfín, Truhán o Dogter, un personaje que siempre es mostrado con cierta indulgencia. La recreación de los bajos fondos perversos contrasta con la placidez de la alta burguesía inglesa de la que procede, sin saberlo, Oliver Twist.
Su maniqueísmo, su clasismo, puede parecer pueril. Pero Dickens (1812 - 1870) ha conmovido a los lectores de todo el mundo generación tras generación convirtiéndose en un clásico de la literatura universal.


Oliver Twist (1948) T. O.: Oliver Twist. Año de producción: 1948 País: Reino Unido. Dirección: David Lean. Intérpretes: Robert Newton, Alec Guinness, Kay Walsh, Francis L. Sullivan, John Howard Davies, Henry Stephenson, Anthony Newley. Argumento: Charles Dickens (Novela "Oliver Twist"). Guión: David Lean, Stanley Haynes. Música: Arnold Bax. Fotografía: Guy Green. Distribuye en DVD: Impulse. Duración: 105 min. Público apropiado: Jóvenes. Género: Aventuras, Drama
Extras DVD: Español e inglés. Fichas.

 

Cuando se analiza una película basada en textos de charles Dickens se olvida que su literatura es producto de otra época, la Inglaterra victoriana de finales del siglo XIX. Dickens sabía retratar los ambientes de su época, esos callejones estrechos, esos ambientes siniestros como esa guarida de pequeños ladrones manipulados por el perverso Fagin, siempre presentado con una caracterización monstruosa como la del gran Alec Guinnes o ese Billy Sykes violento y agresivo que todo lo destruye a su paso. No se nos descubre el porqué de la maldad de esos personajes, para Dickens son malos por una perversión metafísica, mientras que el pequeño Oliver Twist pese a criarse en un orfanato es de una bondad extrema.
La novela es, valga la redundancia, muy novelesca. Cuando los pequeños ladrones van a enseñarle a robar, su primera víctima que se compadece automáticamente de él resulta ser su abuelo. ¡Qué casualidad! ¿No?
Algunas situaciones son poco creíbles, pero Dickens sabía crear interés en sus textos y los lectores devoraban sus novelas con verdadera ansiedad. Lectores no sólo ingleses, sino que llegó a España y ha sido un clásico de la literatura universal, sobretodo recomendado a los más jóvenes que se identifican abiertamente con el pequeño Oliver.
Dickens era único. Pese a que por cuestiones de síntesis desaparezcan situaciones, personajes, sus novelas son muy cinematográficas y siempre tiene éxito en la gran pantalla y también en sus adaptaciones televisivas.
Dickens es casi un género aparte. Como lo son Cervantes, Mark Twain o Julio Verne.
La versión de David Lean destaca por su estética expresionista, la exagerada composición de Alec Guinnes como Fagin, un personaje que siempre cae en manos de excelentes histriones como el propio Lon Chaney en la versión muda.
Billy Sykes cae en las manos recias de Robert Newton, más conocido por su último papel en La vuelta al mundo en 80 días con David Niven y Cantinflas.
Lean compone una narración maniquea, de un lado los villanos, malos de una pieza, y los buenos angelicales como son el propio Oliver y ese abuelo que se encuentra de forma excesivamente casual. Lo mejor es la descripción de ese submundo, de esa sociedad dura y cruel, que caen en la inhumanidad más absoluta con jueces borrachines y perversos.
Ese orfanato con esa falsa caridad también queda muy mal parado, explotando a los mendigos que caen en sus redes y dándole de comer auténticas miserias. Esa arrogancia chulesca de esa clase media hipócrita, chulesca e insultantemente mediocre.
En definitiva una excelente versión aunque yo recomendaría la de Roman Polanski que es más realista y menos maniquea.

Salvador Sáinz