EL NACIMIENTO DE UNA NACIÓN (1915)

EL NACIMIENTO DE UNA NACIÓN. Título original: The Birth of a Nation. Año: 1915. País: Estados Unidos. Director: David Wark Griffith. Reparto: Lillian Gish (Elsie Stoneman), Mae Marsh (Flora Cameron), Henry B. Walthall (Coronel Ben Cameron), Miriam Cooper (Margaret Cameron), William P. DeVaull (Jake), Ralph Lewis (Austin Stoneman), George Siegmann (Silas Lynch), Walter Long (Gus), Robert Harron (Tod Stoneman), Wallace Reid (Jeff el herrero), Joseph Henabery (Abraham Lincoln), Elmer Clifton (Phil Stoneman), Josephine Crowell (Mrs. Cameron), Spottiswoode Aitken (Dr. Cameron), George Beranger (Wade Cameron), Maxfield Stanley (Duke Cameron), Jennie Lee (Mammy), Donald Crisp (General Ulysses S. Grant), Howard Gaye (General Robert E. Lee), Mary Alden (Lydia Brown), Monte Blue, Bobby Burns (lider del Klan), David Butler (soldado de la Unión / soldado confederado), Peggy Cartwright (chica joven), John Ford (Klansman), Gibson Gowland, Sam De Grasse (Senador Charles Sumner), Olga Grey (Laura Keene), Russell Hicks. Elmo Lincoln (Herrero), Eugene Pallette (soldado de la Unión), Vester Pegg, Alma Rubens, Charles Stevens (Voluntario), Madame Sul-Te-Wan (mujer negra), Raoul Walsh (John Wilkes Booth), Jules White, Violet Wilkey (Flora joven), Tom Wilson (criado de Stoneman), Mary Wynn. Guión: D.W. Griffith & Frank E. Woods (Novela: Thomas F. Dixon Jr.). Música: Película muda (Joseph Carl Breil, D.W. Griffith). Fotografía: G.W. Bitzer (B&W).Productora: David W. Griffith Corp.. Duración: 190 minutos. rama | Histórico. Racismo. Cine épico. Cine mudo. Guerra de Secesión. Siglo XIX

"Es como escribir una historia con un rayo. Y lo único que lamento es que es todo tan terriblemente verdadero" (frase atribuida al Presidente Woodrow Wilson tras visionar en la Casa Blanca El nacimiento de una nación).

Esta película mítica está basada en las novelas de The Clansman y The Leopard's Spots de Thomas Dixon, Jr. Basadas en la guerra civil estadounidense y el periodo de “Reconstrucción” iniciado por el congresista Thaddeus Stevens (que en la película de Steven Spielberg, Lincoln, interpretaba el acto Tommy Lee Jones) que en la película aparece con el nombre Austin Stoneman. Fue un periodo de la historia estadounidense que duró de 1865 a 1877, durante el cual los Estados Unidos se dedicaron fundamentalmente a resolver las cuestiones que habían quedado pendientes tras el final de la Guerra Civil. La necesidad de solucionar las dificultades que habían dado lugar a la Guerra de Secesión se hizo patente nada más terminar la confrontación, esto es, justo después de que los Estados Confederados de América fueron derrotados en abril de 1865 y la esclavitud terminase a través de la aprobación de la Decimotercera Enmienda a la Constitución de 1787.
Este periodo de la Historia de los EE.UU. es denominado «Reconstrucción» porque fue dedicado a abordar la reintegración de los estados sureños secesionistas, que tras la contienda civil iban a regresar a la Unión Estadounidense, al estado civil de los dirigentes de la Confederación, y a la condición jurídica de los libertos negros, reconstruyendo además la economía de los Estados del Sur, basada en la agricultura y devastada tras la guerra de Secesión y ahora debía complementarse (y no enfrentarse) a la economía de los Estados del Norte, basada principalmente en la industria y el comercio.

David Wark Griffith (La Grange, en la zona rural de Kentucky, 22 de enero de 1875 – Hollywood, 21 de julio de 1948)

Hablar de El nacimiento de una nación requiere mucho tacto. Por una parte están los valores estrictamente cinematográficos, por otra los políticos. Los primeros son innegables, estamos ante una de las grandes obras maestras de la historia del cine y a ello me referiré más adelante para centrarme primero en el aspecto más dudoso, el político.
Muchas veces al navegar por internet y curiosear en las webs sudistas (del sur de los Estados Unidos se entiende) siempre me encuentro con un particular y generalizado resentimiento hacia la llamada “Reconstrucción”, ese periodo en que el gobierno de Washington quería igualar, mejor dicho uniformar, el Sur, es decir los estados sureños que se intentaron alejar del resto del país y formar un estado propio.
El resentimiento no está dirigido a la gente de raza negra sino a los políticos corruptos, sobre todo los judíos, a quienes culpan de humillar al sur y de intentar degradarlo. Los “negros” (ese apodo es considerado denigrante y por eso no insistiré en usarlo) son considerados los títeres de sus verdaderos enemigos. Ese espíritu es el que he encontrado en esta histórica película de Griffith, ese resentimiento sureño por la llamada “Reconstrucción” lo que provoca la creación de una sociedad secreta, el Ku Klux Klan de ideología que podríamos denominar “fascista” que se dedicó a linchar a la población de color, de aterrorizarla durante largos años. Una organización que tenía no pocas contradicciones porque presumen de un patriotismo extremo y durante la Segunda Guerra Mundial simpatizaba con la Alemania de Hitler que era una fuerza extranjera.
La palabra contradicción es la que podría definir mejor esta película porque si en ella aparece el Klan como si fueran los salvadores de la patria, en cambio en el corto The Rose of Kentucky (1911) del mismo Griffith eran presentados como unos villanos ¿en qué quedamos? Por otra parte se elogia al presidente Abraham Lincoln como un gran hombre, el presidente que venció al sur, lo doblegó y permitió la susodicha “Reconstrucción” causa original de todos los males del sur según sus tesis políticas. Por cierto en 1930, la primera película sonora de Griffith se titulaba precisamente Abraham Lincoln y se trataba de una hagiografía descarada sobre el controvertido presidente que es considerado el mejor de la historia de su país aunque sea odiado en algunos estados sureños en su propio país.
Y además, Griffith habla de la maldad de la guerra y defiende una organización violenta. Rodó Intolerancia, que es mejor película que la presente,  y se muestra intolerante en la cinta que nos ocupa. D. W. Griffith murió solo en un oscuro hotel del Hollywood Boulevard el día 23 de julio de 1948. Su mejor epitafio lo escribió Orson Welles: «Yo le admiraba, le veneraba, pero él no necesitaba un discípulo. Necesitaba trabajo. Nunca he odiado realmente a Hollywood a no ser por el trato que dispensó a David Wark Griffith. Ninguna ciudad, ninguna profesión ni forma de arte le deben tanto a un solo hombre».
Griffith es tal vez uno de los cineastas más incomprendidos de la historia del cine, puede que ni siquiera él mismo se comprendiera. Sus mensajes, su visión del mundo son excesivamente simplistas, ingenuos y nadó siempre contracorriente. En su carrera cosechó muchos fracasos de taquilla, pero creó auténticas obras maestras del séptimo arte.
La película aborda también las auténticas razones de la Guerra de Secesión, Lincoln y su partido deseaban convertir los Estados Unidos en un estado nación, la organización del estado dividido a su vez en varios estados lo convertía en lo que en la actualidad se llama un estado plurinacional. El Norte tenía una economía mercantil e industrial, el sur era agrícola. Pero la riqueza sureña estaba dividida en escasas familias, la mayoría de los ciudadanos eran muy pobres y no tenían dinero para comprar esclavos por lo que no tiene ningún sentido que vayan a la guerra para defender los privilegios de una minoría.
Generalmente en el cine americano, verdaderos maestros en manipulación, se nos cuenta que la guerra fue provocada por la abolición de la esclavitud y resulta extraño, por no decir contradictorio que un país racista vaya a la guerra para defender una libertad y una igualdad en la que no cree. Una guerra en la que murieron centenares de miles soldados y que llevó la economía del país a la quiebra. Griffith apunta al principio de El nacimiento de una nación que Lincoln abogaba por crear una nación unitaria en vez de un país en que todos los estados fueron por su lado sin importarles el objetivo común.
Al final de la película los yanquis de uniformes azules y los ex soldados sudistas se unen en un objetivo común. Es decir, los blancos de uno y otro signo se alían para luchar contra los políticos corruptos y la hegemonía de los ciudadanos afroamericanos. Al unirse forman una sola nación y éste es el mensaje de esta película tildada de retrógrada, reaccionaria y facha. Los estadounidenses blancos superan sus diferencias en la guerra formando un solo pueblo.
Respecto a la actitud racista que se pretende justificar, al principio de la película se muestran a unos africanos secuestrados en sus países de origen vendidos en una subasta. Si son tan perversos como dicen ¿porqué los llevaron al país del dólar y no los dejaron en África? Los enriquecimientos tienen esos problemas. La esclavitud se produjo porque era un negocio rentable, porque daba mucho dinero y el problema que tiene la creación de grandes fortunas es la que crea grandes miserias.  Y las grandes miserias son la madre del odio, el rencor y la revancha que es lo que ocurrió en la famosa “Reconstrucción”, una consecuencia del esclavismo y la opresión, no de la maldad y la intolerancia.

Si hablamos del terreno estrictamente cinematográfico de El nacimiento de una nación casi todo serán loas. Fue casi el nacimiento del cine como arte como lenguaje con su gramática y su sintaxis. Griffith creó los grandes angulares, los primeros planos, el montaje, los encadenados, las acciones paralelas y lo que es más importante el suspenso.
Muchos se creen que el suspenso lo creó Alfred Hitchcock y no es cierto de ningún modo. Fue el gran realizador Griffith quien lo creó precisamente en esta película en la que algunos personajes pasan peligros extremos mientras en montaje paralelo vemos a los caballeros del Klan cabalgan desesperadamente hacia su rescate.
Griffith sabía como nadie mantener en vilo a los espectadores que en su día, pese a las protestas de tipo político, entusiasmó las plateas de todo el mundo. Hasta entonces las películas estaba rodadas en planos generales en cuyo espacio los actores se movían como si estuvieran en un teatro, una forma artística que tiene algún lugar común con el cine pero que es radicalmente distinta.
El director acercaba la cámara para que el público pudiera ver la expresión de los actores y sus estados de ánimo según marcaba el guión de la trama. Parte de la pericia narrativa está creada a base de mostrar unos personajes algo simplistas, unos son buenísimos y otros malísimos como ese “negro” que interpreta Walter Long (posterior general Santa Anna en Martyrs of the Alamo, rodada el mismo año, y villano oficial en las películas de Stan Laurel y Oliver Hardy) que provoca la muerte de la hermana menor del protagonista y la furia del Klan. Abraham Lincoln, a pesar de ser responsable de la política que provoca los hechos de la película, es bueno y el congresista Austin Stoneman (o mejor dicho Thaddeus Stevens) el político radical que provoca la tragedia de la “Reconstrucción”. Un simplismo debido a que Griffith rodaba para el pueblo llano que se supone de cultura muy limitada. Mucho habría que discutir sobre el tema pero éste no es el lugar adecuado para hacerlo ni el momento preciso.
En definitiva, todo lo bueno que tiene este legendario filme radica en el terreno técnico y en la habilidad del realizador para mantener la atención a pesar del excesivo metraje de la película, más de tres horas. Película dividida en dos partes. La primera la guerra hasta la muerte de Lincoln, la segunda la famosa “reconstrucción” y sus consecuencias. Si la primera parte es mucho más seria, más lineal. La segunda es vibrante, rodada con gran pulso y sentido del ritmo.
En definitiva El nacimiento de una nación es algo parecido a una moneda de dos caras. Una es excelente y la otra mala. Políticamente incorrecta y éticamente inaceptable, pero fascinante e hipnótica al mismo tiempo.

Salvador Sáinz