OBRAS MAESTRAS DEL TERROR (1961)

Hace cincuenta años que se estrenó esta película, clásico indiscutible del género fantástico rodado en estudios argentinos. Hay una pequeña controversia acerca de la autoría de la realización de la misma. Según confidencias que me fueron realizadas en septiembre de 1991, en el Teatre Bartrina de Reus, el propio Narciso Ibañez Menta me comentó que había dirigido la película aunque no la firmó por problemas de tipo sindical.
El estilo de esta película es similar sospechosamente a El último reloj (1967), grabado años después en España por Narciso Ibáñez Serrador como director, Narciso Ibáñez Menta como el usurero tuerto y Manuel Galiana como el sobrino. Episodio que calcaba el episodio original grabado en Argentina con Chicho en este papel, dirección del padre N. I. Menta. Que cada cual saque sus conclusiones.


Obras maestras del terror. Año 1960. Duración: 115 min. Nacionalidad: Argentina. Directores: Enrique Carreras (Narciso Ibáñez Menta, no acreditado).Guión: Narciso Ibañez Serrador (como Luis Peñafiel), adaptando los cuentos de Edgar Allan Poe El Extraño Caso del Señor Valdemar, El Tonel de Amontillado y El Corazón Delator. Música: Víctor Schlichter. Fotografía: Américo Hoss (blanco y negro). Intérpretes: Narciso Ibáñez Menta (Dr. Esckstrom / Jacques Samivet / Thorborn), Osvaldo Pacheco (Enrique Valdemar), Carlos Estrada (Maurice Fralpont), Inés Moreno (Teresa), Narciso Ibañez Serrador (Sidney), Mercedes Carrera. Productora: Argentina Sono Film S.A.C.I.


En 1960, Narciso Ibáñez Menta, maestro de actores, triunfaba en la televisión argentina con las series basadas en Edgar Allan Poe Obras maestras del terror.
En ellas, su hijo Narciso Ibáñez Serrador, más conocido como Chicho, ejercía de adaptador con el pseudónimo Luis Peñafiel y además era coprotagonista en muchos episodios. El éxito obtenido fue importante y espectacular. Durante muchos años años arrasaban hasta que la fórmula se fue agotando y entonces se decidió cambiar de aires, viajando a la Madre Patria para reiniciar una nueva etapa triunfal pero esta vez la serie cambió de nombre, llamándose Historias para no dormir, todo un clásico de la televisión dirigido esta vez por Chicho Serrador, abandonando su carrera de actor que asumió en contadas ocasiones.
Las nuevas entregas españolas estaban basadas en la anterior etapa argentina, cuya realización había caído en manos del padre Narciso Ibáñez Menta, indiscutiblemente el mejor actor del género fantástico nacido en España.
La serie española en realidad era un clon de la argentina, en España se encumbró rápidamente a Chicho como creador de la misma olvidándose de los méritos de su ilustre progenitor.
Desgraciadamente no se conservan, a excepción de algunos episodios, de ese material pero existe una versión cinematográfica llamada como la serie original, Obras maestras del terror (1960) dirigida de nuevo por Narciso Ibáñez Menta, protagonista absoluto de los tres episodios, aunque por razones sindicales firmara como autor Enrique Carreras, un director todoterreno de carrera eclética con títulos de Gaby, Fofo, Miliki y Fofito o cantantes de moda.
Los tres episodios son modélicos y reproducen al detalle sus originales televisivos y resulta muy curioso que, años después, cuando Chicho Serrador las adaptó en la Televisión Española creara clones perfectos de los mismos incluso en los pequeños detalles.
El caso del doctor Valdermar, el que abre la cinta, está bien resuelto pero no es el mejor de los tres, siendo muy superior El barril del amontillado con Carlos Estrada (un actor que triunfó en el cine español) en el papel del buhonero seductor.
En ambas adaptaciones destaca su perfecta ambientación digna del mejor cine americano de la Universal y muy superior al fantástico español que se puso de moda años después.
El tercer episodio, El corazón delator, es un duelo interpretativo de padre e hijo en dos papeles antagonistas. El primero como un usurero tuerto de corazón mezquino, el segundo como un terrible y cínico psicópata. Chicho nos resulta irreconocible sin barba y tan joven, nos demuestra que como actor no era tan nulo como se nos dijo, pero tal vez por su tono de voz algo chillón prefiriera abandonar esta faceta y es lástima porque aquí daba excelentes resultados.
Narciso Ibáñez Menta, que se automaquillaba como su ídolo Lon Chaney, nos daba una auténtica lección interpretativa. El maestro de actores, y nunca entenderemos porque no tuvo una carrera más extensa en el campo cinematográfico sobretodo en el cine español.

Salvador Sáinz

Narciso Ibáñez Serrador, Salvador Sáinz, Narciso Ibáñez Menta
Cine Princesa, Madrid, Marzo 1981

EL CORAZÓN DELATOR(Argentina)

Con Narciso Ibáñez Serrador en 1960

EL ULTIMO RELOJ (España)

Con Manuel Galiana en 1967