EL HOMBRE DEL CADILLAC (1965)


EL HOMBRE DEL CADILLAC. Título original: Le Corniaud. Año 1965. País: Francia e Italia. Director: Gérard Oury. Reparto: Bourvil (Antoine Marechal), Louis de Funès (Leopold Saroyan), Beba Loncar (Ursula, la naturista), Venantino Venantini (Mickey), Henri Génès (Martial), Lando Buzzanca (Lino), Jacques Eyser (el cómplice de Saroyan), Henri Virlojeux (cómplice de Saroyan), Jean Meyer(cómplice de Saroyan), Jack Ary (jefe de aduaneros), Jean-Marie Bon (dueño del garaje de Roma), Guy Delorme (Luigi, un hombre de Mickey), Jean Droze (Un hombre de Saroyan), Jacques Ferrière (Un hombre de Saroyan), Guy Grosso (gendarme aduana), Michel Modo (gendarme aduana). Guión: Gérard Oury, Marcel Jullian, André Tabet, Georges Tabet. Música: Georges Delerue. Fotografía: Henri Decaë, Wladimir Ivanov. Les Films Corona (Francia), Explorer Film '58 (Italia). Duración: 110 minutos. Comedia, Road Movie

En el año 1965 el cómico Louis Germain David de Funès de Galarza (Courbevoie, 31 de julio de 1914 – cerca de Nantes, 27 de enero de 1983), más conocido como Louis de Funès, vivía los momentos más dulces de su carrera. Hijo de españoles exiliados en Francia, cómico de vodevil, eterno secundario del cine galo, rodaba esta exitosa comedia de Gérard Oury emparejado con la estrella Bourvil cuando se estrenó un film de poco presupuesto en la que era cabeza de cartel, El gendarme de Saint-Tropez (1964), cuyo inesperado éxito le convirtió asimismo en estrella cuando ya tenía cincuenta años y estaba convencido de que su triunfo era un sueño imposible.
En El hombre del Cadillac cobró una tercera parte del sueldo de Bourvil, entonces en la cúspide, y la buena marcha en taquilla animó a los productores a financiar La gran juerga (1966), el mayor éxito comercial del cine francés hasta la fecha, para mi gusto la mejor película del gesticulante cómico de toda su carrera. Quisieron repetir por tercera vez en Delirios de grandeza (1971), rodada en España, pero la muerte de Bourvil en 1970 fustró el reencuentro.
La película que nos ocupa tiene un planteamiento original. Un accidente sin consecuencias provoca la ruina de unas vacaciones en Italia de un honrado parisino (Bourvil), èrp el conductor del coche que le embistió le hace una insólita propuesta. Debe viajar a Nápoles, al sur de Italia, a recoger un Cadillac y conducirlo hasta el puerto de Burdeos para embarcarlo hacia los Estados Unidos.
El pobre hombre ignora que le están engañando, que le están tratando de “primo”. Es decir, una persona a la que se la engaña para transportar droga, diamantes y oro escondidos en el cadillac ignorando su contenido. Bourvil en muchas ocasiones representó el papel a la perfección del paleto galo, el célebre pardillo. Sin embargo esta vez no es tan tonto como parece.
A lo largo del accidentado viaje, el pardillo conocerá diversos personajes, entre ellos una bella naturista (Beba Loncar) y un gánster tartamudo (Venantino Venantini). Algunos cómicos trasalpinos hacen acto de presencia como Lando Buzzanca, figura imprescindible de la comedia italiana de los sesenta.
Aunque la película es más de Bourvil que de Louis De Funès, ambos tienen sus oportunidades de lucirse. Algunos estudiosos del cine creen que éste estaba mejor en sus papeles secundarios que protagonistas, porque bien dosificado tiene más gracia que en películas creadas a su mayor gloria. Sin embargo Louis De Funès plantó cara a nivel industrial al cine estadounidense llenando salas hasta su desaparición física debido a su precario estado de salud.
Aquí tiene oportunidad de lucir sus desmesurados gestos, en una ducha de un camping, o en la hilarante secuencia del taller de reparación de automóviles. Los críticos le odiaban, pero el público le adoraba.

Salvador Sáinz