EL MAGO DE OZ (1939)


EL MAGO DE OZ. Título original: The Wizard of Oz. Año 1939. País: Estados Unidos. Directores: Victor Fleming, George Cukor, Mervyn LeRoy, Norman Taurog, King Vidor (escenas de Kansas). Reparto: Judy Garland (Dorotea), Frank Morgan (profesor Maravillas, El mago de Oz, El portero, el guarda, el cochero), Ray Bolger (Hunk, El Espantapájaros), Bert Lahr (Zeke, el León Cobarde), Jack Haley (Achicoria, el Hombre de Hojalata), Billie Burke (Glinda), Margaret Hamilton (Miss Gulch / la Malvada Bruja del Oeste), Clara Blandick (tía Emma), Charley Grapewin (tío Henry),Terry (Totó, el perro), The Singer Midgets The Munchkins. Guión: Noël Langley, Florence Ryerson, Edgar Alan Wolfe (Cuento: Frank L. Baum). Música: Herbert Stothart (Canciónes: E.Y. Harburg & Harold Arlen). Fotografía: Harold Rosson. Productores: Mervyn LeRoy y Arthur Freed. Coreografía: Busby Berkeley. Metro-Goldwyn-Mayer (MGM). Duración: 101 minutos. Musical. Fantástico, Película de culto. Cine familiar

2 Oscars 1939: Mejor Canción Over the Rainbow de E.Y. Harburg & Harold Arlen y Mejor Banda Sonora


Lyman Frank Baum (1856 –1919) publicó en el año 1900 The Wonderful Wizard of Oz (El maravilloso Mago de Oz), basándose en los relatos que solía a contar a sus hijos, obteniendo un éxito tan espectacular que se animó a crear toda una saga que se convirtieron en verdaderos clásicos de la literatura infantil así como superventas que no tardaron en pasar al mundo incipiente del séptimo arte: The Fairylogue and Radio-Plays (1908), The Wonderful Wizard of Oz (1910), Dorothy and the Scarecrow in Oz (1910), The Land of Oz (1910), The Patchwork Girl of Oz (1914), The Patchwork Girl of Oz (1914), His Majesty, the Scarecrow of Oz (1914).
The Fairylogue and Radio-Plays fue un primer intento de llevar los libros de Oz a los blanco lienzos. En realidad se trataba de una mezcla de teatro y cinematógrafo. El propio Baum aparecía como actor en el papel del Espantapájaros o de conferenciante, los actores simulaban que se subían a la pantalla y su imagen aparecía en la película como si se hubieran metido dentro de ella por arte de magia. Desgraciadamente los espectáculos eran demasiado costosos para resultar rentables por lo que sólo duraron dos meses. En el resto de los títulos citados el autor original se limitaba a su labor de guionista en unos y en otros cedía sus derechos para que otros cineastas se ocuparan de la adaptación.
De todas formas los resultados fueron decepcionantes. Once años después se rodó El mago de Oz (1925), esta vez un largometraje dirigido y protagonizado por el célebre cómico (1889–1928) que debutaba así en el mundo del largo pero si bien en cortos burlescos llegó a sobresalir y adquirir fama (en España le llamaban Tomasín o Jaimito), su labor en este formato se saldó con un sonado fracaso debido a que cambió muchas cosas del texto original y desagradaron a los seguidores de las novelas de Baum.
Dorothy Dwan (1906–1981) fue Dorotea o Dorita, la chiquilla que se pierde en Oz por culpa de un tornado. En la vida real era la esposa del malogrado Larry Semon hasta la inesperada muerte de éste. El hombre de hojalata aparecía bajo las facciones de Oliver Hardy antes de su famoso unión con Stan Laurel. El fracaso de este film fue lamentable pero en realidad se trataba de un trabajo muy mediocre muy inferior a los cortos del popular Jaimito.

Llegamos pues a la aparición del sonoro primero y del Technicolor después para que se dé luz verde a la versión definitiva de la primera novela de El mago de Oz. Walt Disney deseaba comprar los derechos, pero se le adelantó la Metro Goldwyn Mayer que enseguida encargó al productor (y director) Mervyn LeRoy de que pusieran en marcha el proyecto con numerosas dificultades técnicas ya que pasaron varios directores por el plató de rodaje. La mayor parte corrió a manos de Victor Fleming, que es quien firma en justicia hasta que los Estudios Selznick le llamaron para sustituir a George Cukor en Lo que el viento se llevó, acabando la película King Vidor, otro director de prestigio.
Curiosamente Fleming había sustituido al mismo Cukor en el rodaje de El mago de Oz hasta que los Estudios Selznick reclamaron urgentemente sus servicios para la citada superproducción, pero eso es ya otra historia. Este director que sobresalía por su gusto exquisito hizo cambiar el vestuario de los actores y sobretodo el de Judy Garland que aparecía con una larga melena rubia rizada que parecía competir con el famoso león cobarde que la acompañaba por las baldosas amarillas de Oz.
Fleming hizo un trabajo excelente pese a que es tipo de cine no era el suyo. El director predilecto del “vivir” Clark Gable era considerado demasiado rudo para una película de gustos exquisitos más al estilo Cukor que el suyo. No obstante su realización es muy sólida.
Un apartado especial se merecen las canciones de E.Y. Harburg & Harold Arlen que posteriormente triunfaron con Lidia la chica tatuada que Groucho Marx cantaba en Una tarde en el circo (1939), uno de los temas más populares en aquellos años.
La canción estrella de El mago de Oz se titula Over the Rainbow, cantada por Judy Garland en las primeras secuencias (en color sepia) de la película cuando en la granja de Kansas se pregunta si hay un mundo mejor del que vive. Las primeras secuencias (y la última) se rodaron en blanco y negro debido a que se pretendía sugerir un contraste entre ambos mundos. El propio Baum en su novela describe al mundo rural de gris, carente de color.
Es a la llegada de Dorita a Oz cuando se produce el estallido del glorioso Technicolor de la época que sobresalía por sus tonalidades brillantes. Conocemos a los pequeñines, un poblado de enanos que vivían asustados por la malvada bruja del Este que es muerte por accidente.  
Así mismo Dorita en su periplo para volver a su hogar se encuentra con tres compadres entrañables, ya famosísimos, como el Espantapájaros, el Hombre de Hojalata y el León cobarde. Uno busca un cerebro, otro un corazón y el tercero valor.
Los cuatro, al que se añade el perrito Totó que lleva consigo la niña, vivirán su aventura en un mundo mágico y colorista.
A pesar del tiempo transcurrido y del espectacular avance de los efectos especiales en el cine de principios del siglo XXI, El Mago de Oz sigue seduciendo al mundo actual. Es una cinta entrañable, delicada, que si bien en su estreno fue recibida con frialdad el paso del tiempo la ha ido revalorizando hasta convertirla en una  película de culto.
A pesar de los colorines chillones de la época y que los trucajes son demasiado evidentes (un prodigio para la época) su magia no se desvanecido. Los actores están perfectos en sus respectivos papeles. La encantadora Judy Garland, el entrañable Ray Bogler, el versátil Frank Morgan y la divertida bruja Margaret Hamilton que en la vida real era un trozo de pan.
Nos encontramos ante un clásico que ha vencido al tiempo, eso sólo lo consiguen las grandes películas que se ruedan de tanto en tanto. Un clásico imperecedero, único.

Salvador Sáinz

Lyman Frank Baum (Chittenango, Estados Unidos; 15 de mayo de 1856 – Hollywood, Estados Unidos; 6 de mayo de 1919) fue un escritor estadounidense de libros para niños famoso por su serie sobre la Tierra de Oz.

1900 El maravilloso mago de Oz
1904 La maravillosa tierra de Oz
1907 Ozma de Oz
1908 Dorothy y el mago de Oz
1909 El camino a Oz
1910 La Ciudad Esmeralda d'Oz
1913 La chica de retazos de Oz
1914 Tik-Tok de Oz
1915 El espantapájaros de Oz
1916 Rinkitink de Oz
1917 La princesa perdida de Oz
1918 El hombre de hojalata de Oz
1919 La magia de Oz
1920 Glinda de Oz