EL DESFILE DE LAS ESTRELLAS (1943)

GEORGE SIDNEY


EL DESFILE DE LAS ESTRELLAS. Título original: Thousands Cheer. Año: 1943. País: Estados Unidos. director: George Sidney. Reparto: Gene Kelly (Soldado Eddie Marsh), Kathryn Grayson (Kathryn Jones), Mary Astor (Hyllary Jones), John Boles (Coronel Bill Jones), Ben Blue (Chuck Polansky), Eleanor Powell (Ella Misma), Cyd Charisse (Bailarina), Mickey Rooney (Él Mismo), Judy Garland (Ella Misma), Red Skelton (Él Mismo), Lucille Ball (Ella Misma), José Iturbi (Él Mismo), Lena Horne (Ella Misma), M-G-M Dancing Girls (Ellas Mismas). Guión: Paul Jarrico, Richard Collins. Música: Capt. Francis S. Van Boskerck. Fotografía: George J. Folsey (Technicolor). Metro-Goldwyn-Mayer. Duración: 125 minutos. Musical.

El desfile de las estrellas fue una de las primeras películas dirigidas por George Sidney tras una serie de cortos y algún largo menor. Se trata de la típica comedia rodada durante la Segunda Guerra Mundial para elevar la moral de las tropas que estaba en el frente. Cada día zarpaban barcos o aviones con soldados estadounidenses rumbo a Europa o las bases del Pacífico para luchar contra el imperialismo japonés o las fuerzas del eje. Muchos no volvían o volvían mutilados, pero los supervivientes jamás volvieron a ser los mismos.
Eran momentos duros y difíciles para todo el mundo, no sólo para los Estados Unidos, porque la guerra nos afectaba a todos directamente o indirectamente.
George Sidney destaca por su uso del color, por la cuidada planificación y su sentido del ritmo  cinematográfico. Los conciertos de José Iturbi, por ejemplo, que podrían caer en la monotonía en su plasmación a la gran pantalla, por ejemplo, en manos de Sidney son un verdadero ejercicio de estilo.
Aparecen varios rostros, como el de Gene Kelly, con pocas ocasiones para lucirse porque la protagonista es Kathryn Grayson, que en aquel tiempo iba escalando peldaños hacia la fama y la cabecera de cartel. La mentada Grayson fue una cantante con una bellísima voz de soprano que sin embargo en cine resultaba a ratos empalagosa y a ratos agradable de ver. Afortunadamente tenemos en un único número a Eleanor Powell, por fin en Technicolor, la reina del musical en blanco y negro de los treinta, y Judy Garland, Lucille Ball y otros rostros amigos para amenizar la velada. También los típicos graciosillos que buscaban fortuna en Hollywood pero se quedaron a mitad de camino, pero eso es ya otra historia.
El desfile de las estrellas es una película de guerra, no un filme bélico, sino un título motivado por las circunstancias. Ciertos críticos, sobretodo españoles, denostaron la película porque según ellos era propaganda militarista y se olvidan las circunstancias que se vivían. Una victoria del eje Berlin-Roma nos hubiera llevado al desastre en aquel tiempo y esas fuerzas consiguieron neutralizarlas.
Como espectáculo carece de unidad porque hacia la mitad de la proyección aparecen representados una serie de números musicales e historietas cortas, que se supone representan en un escenario, que nos alejan de la trama central y nos hace perder el hilo de la acción. Pero el buen oficio de Sidney puede con todo. Hasta José Iturbi, que nunca fue actor profesional, está bien gracias a la habilidad del director.
El desfile de las estrellas es una película de circunstancias y como tal debe valorarse. Aaprte de que nos devuelve figuras que en aquella época triunfaban y que en la actualidad han caído algunas de ellas en el olvido.

Salvador Sáinz