AMANECER EN PUERTA OSCURA (1957)

Alfonso Sastre Salvador (Madrid, 20 de febrero de 1926), de 87 años años de edad, es un escritor, dramaturgo, ensayista, guionista cinematográfico español, uno de los principales exponentes de la llamada Generación de 1955 o del medio siglo. Durante el franquismo, Sastre militó en el Partido Comunista de España. En 1956 fue encarcelado por su participación en las protestas universitarias contra la dictadura. Un año después, Sastre estrena Amanecer en Puerta Oscura, una película de bandoleros andaluces dirigida por el siempre eficiente José Maria Forqué  (Zaragoza, 8 de marzo de 1923 - Madrid, 17 de marzo de 1995) y protagonizado por Francisco Rabal  (8 de marzo de 1926, Águilas - 29 de agosto de 2001, Burdeos).
El resultado no es cien por cien sólido, pero sí una película a tener en cuenta por la inteligencia en que se tata el tema del bandolerismo, gente que se echa al monte por necesidad o huyendo de una situación injusta.
Pero dadas las circunstancias la censura franquista era un duro escollo por lo que Sastre y Forqué añaden al final unas secuencias con la Semana Santa de Málaga, en la que la Cofradía de Jesús el Rico, un nazareno que puede mover el brazo, cada miércoles santo indultaba a un reo condenado a muerte.
Forqué no cae en la estridencia. Fue un cineasta que trabajaba para ganarse la vida porque su oficio era el cine, un oficio del que vivía mucha gente hasta la llegada al poder de los socialistas en 1982 y de Pilar Miró a la presidencia del Instituto de la Cinematografía y Artes Audiovisuales. Todos sabemos que su famosa ley consiguió un efecto devastador similar a la bomba atómica porque arrasó todo a su paso. Los españoles pasamos de una censura cavernícola a un amiguismo chulesco en la que una serie de parásitos se dedicó a vivir de la sopa boba durante tres largas décadas.
Amanecer en Puerta Oscura es un valioso acercamiento a un cine social español que en aquella época era impensable y que en este largometraje adquiere la estructura de un western. Un filme valioso y valiente. Precisamente su director José María Forqué gozaba de buen crédito, su anterior cinta Embajadores en el infierno (1956) trataba de unos prisioneros españoles de la llamada División Azul que durante la Segunda Guerra Mundial acudió al frente ruso para luchar contra el comunismo. Un tema del que se ha rodado muy poco y que las nuevas generaciones ignoran.
La carrera de Forqué siempre fue muy eclética ya que encontramos películas de todos los géneros que en la España de entonces tenía cabida. Fue un excelente profesional y sus películas por lo general estaban muy bien narradas.
La película que nos ocupa está narrada con elegancia. Los personajes muy bien trazados y la acción nunca decae. Forqué no se entretiene con puntos muertos, siempre va al grano. Excelente composición de Francisco Rabal y del resto del reparto.

Salvador Sáinz