CUATRO MUJERES Y UN DESTINO (1994)


CUATRO MUJERES Y UN DESTINO. Título original: Bad Girls. Año: 1994. País: Estados Unidos. Director: Jonathan Kaplan. Reparto: Madeleine Stowe (Cody Zamora), Mary Stuart Masterson (Anita Crown), Andie MacDowell (Eileen Spenser), Drew Barrymore (Lilly Laronette), James Russo (Kid Jarrett), James Le Gros (William Tucker), Robert Loggia (Frank Jarrett), Dermot Mulroney (Josh McCoy), Jim Beaver (Pinkerton Detective Graves), Nick Chinlund (Pinkerton Detective O'Brady), Neil Summers (Ned, Jarrett Gang), Daniel O'Haco (Roberto, Jarrett Gang), Richard Reyes (Rico, Jarrett Gang), Alex Kubik (Yuma, Jarrett Gang), Will MacMillan (Colonel Clayborne). Guión: Ken Friedman, Yolande Finch. Música: Jerry Goldsmith. Fotografía: Ralf D. Bode. 20th Century Fox. Duración: 91 minutos. Western.

Western feminista con cuatro hembras de primera entre las que destaca la gran Madeleine Stowe, la gran musa de los noventa. En esta ocasión interpreta a Cody Zamora, una prostituta que se enfrenta a un coronel que intenta violar a una de sus chicas, matándole y siendo condenada a la horca de la que escapa junto a tres de sus compañeras, las chicas malas a la que hace referencia el título.
El rodaje fue tenso, hubo cambio de director. Pero ni eso salva la película que se mantiene por sus intérpretes.
El western es muy plano, los personajes apenas tienen consistencia. La propia Madeleine Stowe prepara un largo como directora, Unbound Captives, que nunca arranca y que también pertenece al mismo género.
Más afortunado fue su Cora en El último de los mohicanos de Michael Mann. La película que nos ocupa tiene en su miga, le falta consistencia pero no aburre. En ningún momento resulta desagradable.
El guión es muy poco coherente, demasiado convencional y previsible. La realización es plana.
Repito que se trata de una cinta que no se ha olvidado por su reparto, que hará felices a los fans de las cuatro actrices. Ese público que va a las salas para ver a unos rostros que les son gratos y figuras de las que uno ha quedado prendado.

Salvador Sáinz