En los últimos años las carteleras se han americanizado demasiado y no nos dejan ver producciones europeas y de otros continentes, sobre todo si vivimos en provincias como es mi caso. Ante las grandes dificultades de ver cine ajeno a las multinacionales debemos recurrir a los formatos domésticos que han experimentado un significativo auge a pesar de la crisis. Se va menos a las salas pero se ve mucho más cine que nunca gracias a las nuevas tecnologías.
Muchos cinéfilos de pro ya no acuden a las salas porque ¿para qué? Para ver la gringada de turno no vale la pena acudir.
El Pacto de los lobos es producción francesa, en consecuencia una forma distinta de ver el cine que siempre se agradece.Y si se agradece es debido a que la construcción de la película es mucho más seria. Además tenemos el atractivo de Monica Bellucci quien a pesar de su breve aparición sabe atraer la atención de una parte del público. Estamos ante un indiscutible sex symbol de principios de siglo.
La trama es muy interesante, ambientada en la época pre revolucionaria que dio un giro de 180 grados a la historia mundial. La historia nos viene narrada por un aristócrata a punto de perder la cabeza y no lo digo de forma metafórica. Madame Guillotina está a punto de arrasar con toda la nobleza y enviarla de nuevo a la nada. Pero el eje central de la película no es la susodicha revolución sino una acción ubicada en provincias, una serie de muertes y su procedente investigación en parajes muy originales.
Toda la trama está urdida con ingenio y precisión. A veces, puede parecer algo frikkie como ese criado piel roja que practica artes marciales y que para mí es el aspecto más prescindible de este título, pero en otras partes la película remonta su vuelo y te atrapa en una historia de conspiración criminal.
Muy bien narrada, muy profesional y efectiva en su desarrollo, El Pacto de los Lobos interesa y cautiva.
Salvador Sáinz
