INSTINTO BÁSICO (1992)

Sharon Yvonne Stone (Meadville, Pensilvania, 10 de marzo de 1958) es una actriz y productora estadounidense. Desde que protagonizó junto a Michael Douglas en 1992 la película dirigida por Paul Verhoeven Instinto básico, es una de las actrices más populares de Hollywood.
Sharon tenía 34 años cuando se comió el mundo con su ambiguo e inquietante personaje, Catherine Tramell, una escritora especializada en novela negra de la que se sospecha que es autora de diversas muertes en la cama, como si fuera una mantis religiosa. Antes había rodado algunas películas siempre en papeles seductores e incluso hizo una incursión en el cine español, Sangre y arena, en la que se llevaba muy mal con el equipo que se mofaba de ella y le apodaba Charito Piedras (piedras es la traducción española de Stone).
Por contra es una actriz que ha sabido envejecer y conserva su encanto ya en edad madura. Instinto básico contó con una inevitable secuela estrenada en 2006 con la propia Stone y una parodia con Sean Young, Distracción fatal (1993) donde se pone en solfa la escena del cruce de piernas que tanta popularidad dio a la actriz estadounidense.

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Instinto básico contó con un buen director, el holandés Paul Verhoeven (n. Ámsterdam, 18 de julio de 1938) que ya despuntó en varias cintas con aspectos eróticos en el cine de su país como la famosa Delicias turcas y en España rodó Los señores del acero. En Hollywood triunfó con Robocop y Total Recall, fracasó con Showgirls, y nos inquietó con Starship Troopers y la célebre escena de la ducha mixta colectiva.
Entre su filmografía, uno de mis títulos favoritos en El libro negro, rodado en su Holanda natal, y uno de sus últimos trabajos.
Instinto básico tiene las virtudes y los defectos del llamado cine comercial estadounidense. Por un lado está muy bien narrada, la trama te engancha enseguida y despierta el interés del espectador rápidamente. En la parte negativa es ese aire de ya visto, muy previsible del cine del país del dólar. Da la impresión de que en Hollywood los guiones se escriben con un manual en donde todo sigue una pauta, una tradición, y nunca se sale del camino encorsetado a seguir. Siempre pasa lo mismo, siempre dicen lo mismo.
Eso es malo para el cinéfilo más experto, el que se ha tragado miles de películas a lo largo de su vida y termina por presentir las tramas mecánicas y reiterativas.
Pero Verhoeven es un cineasta personal, muy personal,y hace lo que puede. La película no tiene puntos muertos. Es un trabajo pulido y compacto. Los actores brillan. Sobretodo Sharon Stone y Michael Douglas siempre luchando contra la sombra de su padre, el gran Kirk Douglas, una carga muy pesada de llevar.
Las escenas eróticas fueron rodadas con arte y buen gusto. Los actores no utilizaron dobles de cuerpo y la escena del famoso cruce de piernas es antológica.

Salvador Sáinz