DON QUIJOTE (1957)

DON QUIJOTE. Título original: Don Kikho. Año: 1957. País: Unión Soviética. Dirección: Grigori Kozintsev. Reparto: Nikolai Cherkasov (Don Quijote), Yuri Tolubeyev (Sancho Panza), Serafima Birman, Lyudmila Kasyanova, Svetlana Grigoryeva, Vladimir Maksimov. Argumento: Miguel de Cervantes y Saavedra (novela). Guión: Yevgeni Shvarts.Música: Kara Karayev. Fotografía: Apollinari Dudko, Andrei Moskvin. LenFilm. Duración: 102 minutos. Aventuras, drama, comedia, Libros de Caballerías.

Grigori Mijáilovich Kózintsev (Kiev, 22 de marzo de 1905 - Leningrado, ahora San Petersburgo, 11 de mayo de 1973) fue un director de cine soviético, de origen judío ucraniano. En 1921, Kózintsev creó con Serguéi Yutkévich, Leonid Trauberg y Gueorgui Kryzhitski la FEKS ("Fábrica del actor excéntrico"), en la que participó Guerásimov, como actor, y también en parte Serguéi Eisenstein. Pusieron en marcha ideas dadaístas y futuristas, y se unían a experiencias teatrales de vanguardia, que usaban recursos del circo y del music-hall.
Comenzó a hacer películas en 1921; muchas de ellas fueron codirigidas con Leonid Trauberg, y tienen cierto eco de Charles Chaplin. Así Las aventuras de Oktyabrina, de 1924, que es reflejo del nuevo impulso de la FEKS.

En su etapa madura, Grigori Kozintsev se especializó en adaptaciones shakesperianas que le proporcionaron un gran prestigio internacional. La adaptación de este Quijote que nos ocupa sorprendió a propios y extraños. Se estrenó en la España franquista y no funcionó mal, era una época que lo ruso no marchaba en taquilla. De hecho no es por una cuestión política sino cultural. La cultura rusa es muy densa, demasiado para el público español demasiado acostumbrado a la dinámica industria hollywoodense que rechazaba otras formas narrativas que no fueran las habituales.
Durante la guerra civil española, los sindicatos anarquistas y comunistas disponían de distribuidoras cinematográficas y las películas soviéticas siempre pinchaban en taquilla en la zona republicana repleta de milicianos puño en alto. Una cosa es la político y otra el cine. Las “superficiales” y “banales” producciones americanas eran las preferidas por el público tanto en la zona republicana como en la nacional.

Que los soviéticos se interesaran por un argumento tan español como Don Quijote sorprendió sobremanera y esta película siempre se ha visto como una curiosidad. Los áridos paisajes de la Mancha se han sustituido por unos paisajes todavía más áridos, las estepas rusas. Sorprende el tratamiento del color, la imagen apagada y descolorida.
Nikolai Cherkasov, el actor preferido de Eisenstein y de Stalin, interpreta al famoso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Su rostro es de Ivan el Terrible y Alexander Nevsky, también el de Paganel en Los hijos del capitán Grant en donde interpretaba una canción.

Nikolay Konstantinovich Cherkasov (27 de julio de 1903 – 14 septiembre de1966), fue el actor más reconocido en su país, y miembro destacado del Partido en el poder. La adaptación de la novela de Cervantes es válida aunque con ciertos matices. Le falta la magia que tenía, por ejemplo, la versión de Rafael Gil. Es austera, elimina muchos pasajes del libro, los nobles que aparecen recuerda la corte polaca de La conjura de los boyardos. Son bastante tétricos, carecen de la mala leche de los que aparecen en la novela y demás adaptaciones cinematográficas.

Se toma como cierto el idealismo de Don Quijote que es visto por Cervantes como ironía. Rusia no es España. Tenemos una tradición cultural distinta, una historia diferente. En nuestra realidad la novela tiene un sentido, la inutilidad de todo idealismo, la ceguera del subjetivismo ciego que se estrella ante una realidad dura y cruel.
Sancho Panza representa la visión realista del mundo a pesar de ser un analfabeto cuya sabiduría se compone de refranes y frases hechas. Cuando gobierna la falsa ínsula Barataria sorprende por su sentido común y su acierto.
El hidalgo vive encerrado en su mundo de fantasía, todo lo ve distorsionado como quiere que sea y no como es en realidad. El mundo ruso es mucho más real que el español, no tiene su fantasía ni su imaginación. No es peor ni mejor, es distinto. Como obra cinematográfica es válida igualmente aunque no sea demasiado fiel al espíritu de la novela. Lo hemos de ver así, un Quijote personal no cervantino. Es desde este punto de vista como lo debemos valorar y agradecer la gran interpretación del genial Nikolay Cherkasov.

Salvador Sáinz