SHERLOCK HOLMES (2009)

Resulta curioso. Entre 1903 y 1906, un jovencísimo actor inglés se subía a los escenarios para representar un papel en la obra Sherlock Holmes escrita por William Gillette y protagonizada por el actor inglés HA Saintsbury.Charlie Chaplin que entonces era desconocido interpretaba a Billy, un vendedor de periódicos que ojo avizor informaba al famoso detective. Fue su primer papel destacado en las tablas.
En 1992, Richard Attenborough dirigió la película Chaplin dedicada al prestigioso cómico, y gracias a su genial recreación del famoso Charlot el desconocido Robert Downey jr saltó a la fama merecidamente. Ese actor encandiló a los fans del gran Chaplin y en 2009 apareció en la gran pantalla en una discutible caracterización de Sherlock Holmes con gran éxito de taquilla. Es como si el pez de la historia se mordiera la cola una vez más.


Título: Sherlock Holmes. Dirección: Guy Ritchie. Producción: Bruce Berman y Steve Clark-Hall. Guion: Simon Kinberg, basados en personajes de Arthur Conan Doyle. Música: Hans Zimmer y Dominic Gibbs. Fotografía: Philippe Rousselot. Montaje: James Herbert. Protagonistas: Robert Downey Jr., Rachel McAdams, Jude Law, Mark Strong, Kelly Reilly, James Fox. País(es): Reino Unido, Estados Unidos, Australia. Año: 2009 Género: Acción, Suspenso, Misterio, Policíaca. Productora: Silver Pictures, Village Roadshow Pictures, Lin Pictures, Translux, Wigram Productions. Distribución: Warner Bros. y Warner Bros. Pictures
Presupuesto: $90 millones de doláres
Recaudación: $516,767,822 millones de doláres

Este nuevo Sherlock Holmes, cuya secuela ya se ha estrenado y se habla de una tercera, irritó sobremanera a todos los seguidores del famoso detective de Baker Street por considerarlo una traición al personaje literario de Conan Doyle. Su irritación estaba más que justificada porque esta adaptación “hollywoodense” es una traición al personaje que ha seducido durante décadas a lectores y espectadores de todo el mundo hasta convertirlo en uno de los personajes de ficción más famoso del planeta. En cine hemos conocido interpretaciones brillantes de actores como Basil Rathbone, Jeremy Brett  y Peter Cushing.
Sin embargo la mayoría de sus adaptaciones cinematográficas las podemos calificar de series B, producciones modestas pero agradables. La que nos ocupa es un blockbuster, una película de gran presupuesto, y ya se sabe que cuando eso ocurre los hollywoodenses se parecen al caballo de Atila. No respetan nada y lo arrasan todo a su paso.
Capaces de enmendarle la plana a Homero en el relato de la guerra de Troya, de destruir la mitología griega con la execrable Immortals, y de ubicar los Sanfermines en Sevilla en la no menos desdichada Noche y día, verdadero ejemplo de horror cinematográfico.
En el caso de la película que nos ocupa la indignación está más que justificada. Sin embargo al otro lado de la balanza hemos de poner las virtudes de la misma que no son pocos.
Si el personaje central en vez de llamarse Sherlock Holmes hubiera tenido otro nombre, es decir que no nos intentaran dar gato por liebre, la película de Guy Ritchie me hubiera parecido muy superior a lo que es.
Como thriller, hecha la salvedad expuesta, me parece perfecto y destaco la cuidada y exquisita ambientación del Londres victoriano, lo mejor de la película. Los actores, pese al hándicap de la falsificación de sus personajes, son de gran solvencia. Robert Downey jr sale airoso del trance pese a que su personaje está desvirtuado por los creativos hollywoodenses, Rachel McAdams es quien sale mejor parada. Los demás cumplen con su cometido con brillantez. Lo mejor es tal vez la banda musical de Hans Zimmer, con excelentes piezas que nos hacen revivir la época descrita, la fotografía de Philippe Rousselo es exquisita con ese Londres sucio y mugriento.  Lo peor, evidentemente es el guion, firmado por Simon Kinberg aunque ignoramos quien habrá metido sus sucias zarpas en su redacción.
La maniobra comercial fue un éxito por lo que tendremos que sufrir Sherlock Holmes descafeinados durante mucho tiempo.

Salvador Sáinz