EL APOCALIPSIS DEL PLANETA DE LOS SIMIOS (1974)

El enorme éxito de la película El planeta de los simios provocó que Tsubaraya Productions, una productora del Imperio del Sol Naciente, hiciera algo que siempre han imputado al pueblo japonés: copiar. Se trata de una serie televisión de 26 episodios de 27 minutos cada uno. Se titulaba en japonés, Saru No Gundan (1974) y tiene una adaptación en largometraje que en 1987 se distribuyó por los USA por el productor Sandy Frank con el título Time of the Apes (1987).
En este metraje aparecen sólo el primer y último episodio con algunos fragmentos del resto lo que provoca un cierto desconcierto ya que se mencionan aventuras que no hemos visto, por lo que nos quedamos más que perplejos.
Finalmente Tema Distribuciones y Asian Trash Cinema han posibilitado que se edite en España 38 años después de su realización.


El apocalipsis del planeta de los simios (Saru no Gundan). Directores Kiyo Sumi Fukazawa, Atsuo Okunaka. Guionistas: Sakyo Komatsu, Kouji Tonaka. Actores: Reiko Tokunaga (Kazuko Izumi/Catherine en DVD USA), Hiroko Saito (Yurika/Carolina), Masaaki Kaji (Jirô Sakaki/Johnny), Tetsuya Ushio (Gôdo), Kazue Takita (Pepe), Baku Hatakeyama (Gebâ), Wataru Ômae (Cabinet Minister Bippu), Hiroyuki Kawase. Tema del título compuesto por Toshiaki Tsushima y letra de Takashi Taka cantado por Masato Shimon y Dokoka de Ai ga (“Cualquier parte con amor“). Tema final compuesto por Toshiaki Tsushima con letra de Motoharu Abe cantado por Toshiko Fujita.

Esta curiosa película en realidad es un telefilme, rodado para la televisión japonesa, en un formato de 26 episodios de 27 minutos cada uno. En los años setenta y ochenta se solían realizar montajes especiales de dichas series para exhibirlas en las salas cinematográficas aunque los resultados eran muy pobres. Son películas para ver en televisión en su formato original. La imagen tiene muy poca definición, probablemente se rodó en 16 mm, cámara en mano, y rodaje ultrarápido lo que produce esa sensación de pobreza.
Por otra parte los realizadores abusan del zoom, de los planos cortos  y de una banda musical desastrosa que parece de laboratorio, como se hacía entonces. Los efectos especiales son indescriptibles.
En la parte positiva está que es una producción simpática. Al ser hecha sin medios, lo que canta demasiado, carece de pretensiones. Su estilo narrativo es ágil, procuran escamotear su falta de presupuesto con astucia. Además resulta curiosa. El planeta de los simios de la novela original es parecido al de esta serie con los primates viajando en coches, trenes (un trenecito de vapor de vía estrecha como era la FEVE de aquella época) y oficinas con teléfono. Simios viviendo en casitas japonesas, durmiendo en el suelo. Todo resulta familiar y entrañable.
Se trata de una serie destinada al público infantil que imaginamos se proyectaría a media tarde, en los horarios adecuados. Por ese motivo los protagonistas son dos niños con su tía quienes viven las aventuras en vez de los astronautas estadounidenses  (francés en la novela) lo que supone una variación respecto a las películas de la franquicia.
El apocalipsis del planeta de los simios debe de verse como lo que es o como lo que fue, un espectáculo para niños, realizado para televisión y sin presupuesto. Los autores hicieron lo que pudieron. Los simios llevan máscaras en vez del maquillaje de látex, es mucho más rígido pero al menos salvan la papeleta. Es una película realizada con dignidad, que no engaña a nadie y si tienes sentido del humor la ves con condescendencia.  

Salvador Sáinz