SINUHÉ EL EGIPCIO (1954)

Cuando se habla de Sinuhé el egipcio siempre se comenta una película que no ha existido y no existirá jamás a menos de que la informática del futuro haga milagros. Los protagonistas iban a ser Marlon Brando y Marilyn Monroe, entonces unos novatos, pero fueron sustituidos por dos actores de escaso relumbrón, el inexpresivo Edmund Purdom y Bella Darvi, en aquel tiempo relacionada con Darryl F. Zanuck. Por lo tanto la realidad es tozuda, no será ni la primera vez ni la última que un material excelente caiga en malas manos. Michael Curtiz, director de Casablanca, ya en la recta final de su carrera hizo lo que pudo con un cuarteto de rostros pétreos (Edmund Purdom, Bella Darvi, Victor Mature y Michael Wilding) que competían en inexpresividad. Pero gracias a los cielos ahí estaban para contrarrestar la balanza Gene Tierney, la siempre excelente Jean Simmons y Peter Ustinov, alias el único tres actores como la copa de un pino intentando salvar la empresa del naufragia. No nos olvidemos tampoco del impagable John Carradine en una breve intervención.
La sabia dirección de Curtiz y el excelente material de Mika Waltari consiguen interesar con su imagen del antiguo Egipto, el de los faraones, el Nilo y las pirámides. Un mundo fascinante que en otras ocasiones brilló mejor, pero en este caso sólo se salvan los muebles gracias al oficio del director de Casablanca.
Para la anécdota, el decorado del trono fue reciclado para Los diez mandamientos del grande entre los grandes Cecil B. DeMille.

Salvador Sáinz