LA HIJA DE D'ARTAGNAN (1994)

Esta película la iba a dirigir Riccardo Freda (Alejandría, Egipto, 24 de febrero de 1909 - Roma, Italia, 20 de diciembre de 1999) quien llevaba 13 años en paro pero desavenencias con Sophie Marceau, que encontraba que su trabajo era deficiente, provocaron su despido. Entonces contaba 85 años, sus condiciones físicas y psiquicas no eran las adecuadas para llevar esta empresa a buen puerto.
Fue sustituido por Bertrand Tavernier, realizador de escasa experiencia en estas temáticas, pero se tomó el trabajo como una diversión más que como un film comprometido.
Sophie Danièle Silvie Maupu (17 de noviembre de 1966, París, Francia) es una actriz, directora y escritora cinematográfica francesa internacionalmente conocida por el sobrenombre de Sophie Marceau. La hemos visto en Braveheart (1995), Ana Karenina (1997), El mundo nunca es suficiente (1999), El fantasma del Louvre (2001), y ha dirigido Háblame de amor (2002) y El Misterio de Deauville (2007).


La hija de D'Artagnan. Título en VO: La Fille de d'Artagnan. Director: Bertrand Tavernier Intérpretes: Sophie Marceau, Philippe Noiret, Claude Rich, Sami Frey, Jean-Luc Bideau, Raoul Billerey, Nils Tavernier País: Francia Año: 1994. Duración: 121 min. Clasificación: Mayores 13 años Género: Aventura Color o en B/N: Color Guión: Jean Cosmos, Michel Léviant Fotografía: Patrick Blossier. Música: Philippe Sarde

La hija de D’Artagnan es, como decía más arriba, una diversión. Sus intérpretes poco habituados a estos lances demuestran su escasa experiencia en el cine de capa y espada pero también que se lo han divertido de lo lindo rodándola. De todas formas, siendo un producto menor, como casi todas las películas de mosqueteros a excepción del díptico de Douglas Fairbanks en el mudo y la versión colorista de George Sidney con Gene Kelly, auténticas joyas del séptimo arte, resulta mucho más atractivo que casi todas las versiones de las últimas décadas como la desastrosa adaptación de Paul W.S. Anderson que ya anda tiene que ver ni con Dumas ni con sus famosos “negros”.
En esta ocasión nos encontramos con una variación, la protagonista es la hija del famoso mosquetero, lo que le da a Sophie Marceau la ocasión de lucirse, y de paso vemos a los célebres espadachines en la tercera edad.
Hay que recordar que en su época, Auguste Maquet, el “negro” oficial de Dumas, escribió El hombre de la máscara de hierro,  como parte final de la extensa novela El vizconde de Bragelone con el fin de darles un final honroso a los mosqueteros y evitar así una molesta continuidad.
La película es Sophie Marceau, está hecho a su servicio. Es más bien un vehículo para su lucimiento, pero al fin y al cabo un entretenimiento simpático, agradable y carente de pretensiones. Pasas un buen rato y nada más. En cierta forma es una película honesta que consigue sus objetivos sin esfuerzo.

Salvador Sáinz