EL BOSQUE DEL LOBO (1970)


Pedro Olea


EL BOSQUE DEL LOBO. Dirigido por Pedro Olea, 1970. España. Largometraje. Intérpretes: José Luis López Vázquez, Amparo Soler Leal, Antonio Casas, Nuria Torray, Fernando sánchez Polack, Inma de Santis, Víctor Israel, Valentín Tornos, Alfredo Mayo, John Steiner, María Arias, Modesto Blanch. Maria Fernanda Ladron de Guevara. Guión: Pedro Olea, Juan Antonio Porto. Argumento: Novela "El bosque de Ancines" de Carlos Martinez Barbeito. Director de fotografía: Aurelio G. Larraya, 35 milímetros. Color: Eastmancolor. Panorámica.Productora: Amboto, P.C. Música: Antonio Pérez Olea. Montador: Jose Antonio Rojo. Género: Drama, hombres-lobo. Duración: 87 minutos. Estrenos: 22-04-1971 Madrid: Amaya 04-11-1971 Barcelona: Comedia Empresa distribuidora: José Luis Barrios Treviño. Espectadores: 487.941. Recaudación: 100.816,04 €

Véase: ROMASANTA, LA CAZA DE LA BESTIA

Convendría situar dicho título en su tiempo, el llamado tardofranquismo, una época en la que el Régimen del Generalito iba haciendo aguaspor todas partes mientras que la incertidumbre se apoderaba de todos los españoles temerosos de un futuro aciago. Fue precisamente esta época en la que se puso de moda el cine de género de imitación, por ese motivo llamado “subgéneros” porque nunca fue un género en sí mismo sino burdas copias de películas de procedencia norteamericana como los westerns el terror de la Universal o los agentes secretos de pacotilla nacidos bajo la inspiración del bondismo.
La censura no decrecía, el cine comercial español era cada vez más obsoleto, más insulso. Pero ya aparecían cineastas con ansias de cambio como es el caso de Pedro Olea quien triunfó con este film de terror español sin recurrir a la artificiosa copia de la moda entonces imperante.
El bosque del lobo está ambientada en la Galicia de finales de siglo XIX, rezagada industrialmente con poblaciones aisladas sin infraestructuras, curas con bonete, ferias y mucha hambruna que llevaba a sus gentes a buscarse la vida en otros lares más avanzados.
Ramón María del Valle-Inclán retrató perfectamente esta sociedad en sus Comedias Bárbaras con sus caciques, siervos y abades anclados en el pasado.
Esa tierra ingrata en la que nacieron leyendas de lobishomes, meigas, Santas Compañas, trasgos. El caso de Romasanta traumatizó la opinión pública. Esos crímenes horrendos causados por una mente trastornada.
Para mí el verdadero cine fantástico español está reflejado en títulos como El bosque del lobo es donde todo es real, sólo los nombres fueron cambiados.
A pesar de los cuarenta años y largos de su producción la película todavía está vigente, no ha envejecido, se mantiene fresca y lozana. Los recursos inquietantes son sobrios, no necesitan ni efectos especiales ni maquillajes irrisorios. José Luis López Vázquez realiza una caracterización perfecta, teniendo en cuenta de que en aquella época se había especializado por razones alimenticias en un cine cómico chabacano y vulgar, lo que en la actualidad llamamos “caspa”, que había obtenido gran éxito taquillero por lo que el público español tenía de él una imagen jocosa de “gracioso” oficial del Estado. Sus apariciones provocaban hilaridad no más aparecer en pantalla, por lo que el gran actor se tenía que enfrentar un arriesgado reto, enfrentarse a unos estereotipos que le limitaban profesionalmente. Finalmente superó su etapa populachera con títulos importantes como el que nos ocupa.
Su Benito Freire (como es llamado Romasanta) es mucho más inquietante y mucho más terrorífico que otros licántropos en voga que de hecho le quitaban el pan en cuestiones hilarantes porque de tan casposas resultaban cómicas.
Rodar cine terrorífico es mucho más complicado de lo que se cree, siempre se está al borde del ridículo, pero Pedro Olea narra la película con inteligencia dotándole al relato un entorno real, creíble y certero. Por eso fue un lobishome convincente que creaba inquietud, terror y suspenso.
Lamentablemente la distribución no le apoyó demasiado, pero pese a estas limitaciones su película funcionó muy bien. Su posterior La casa sin fronteras tuve menos difusión, pero fue y es una excelente muestra de cine terrorífico realista.  Acostumbrados a los bodrios de turno, Pedro Olea aportaba unas realizaciones muy sólidas con guiones originales, bien construidos, contando con el concurso de un excelente reparto como el legendario Víctor Israel, Antonio Casas, Inma de Santis, entonces una niña, Fernando Sánchez Polack, Rafael Hernández, Nuria Torray y Valentín Tornos antes de su popular Don Cicuta.
En resumidas cuentas, nos hallamos ante una gran película realizada con pocos medios pero mucha ilusión, con ganas de rodar buen cine, algo de lo que entonces y todavía ahora tenemos hambre cinéfila. Pedro Olea es un director que merece ser reivindicado por su carrera ejemplar, por sus trabajos irreprochables y sus realizaciones sobrias y elegantes.

Salvador Sáinz