HARRY EL SUCIO - LA SERIE

Serie Harry Callahan

Harry el sucio (1971). Título original Dirty Harry. Dirigida por Don Siegel. Intérpretes: Clint Eastwood, Harry Guardino, Reni Santoni, John Vernon, Andy Robinson, John Larch, Mae Mercer, John Mitchum, Woodrow Parfrey, Josef Sommer

Harry el fuerte (1973). Título original Magnum Force. Dirigida por Ted Post. Intérpretes: Clint Eastwood, Hal Holbrook, Mitchell Ryan, David Soul, Felton Perry, Robert Urich, Tim Matheson, Kip Niven

Harry el ejecutor (1976). Título original The Enforcer. Dirigida por James Fargo. Intérpretes: Clint Eastwood, Tyne Daly, Harry Guardino, Bradford Dillman, John Mitchum, DeVeren Brookwalter

Impacto súbito (1983). Título original Sudden Impact. Dirigida por Clint Eastwood. Intérpretes: Clint Eastwood, Sondra Locke, Pat Hingle, Bradford Dillman, Jack Thibeau, Paul Drake, Audrie J. Neenan

La lista negra (1988). Título original The dead pool. Dirigida por Buddy Van Horn. Intérpretes: Clint Eastwood, Patricia Clarkson, Liam Neeson, Evan C. Kim, David Hunt, Michael Currie, Michael Goodwin, Darwin Gillett, Anthony Charnota, Jim Carrey

La película de Don Siegel, la mejor de la serie sin duda, fue en su día tildada de “fascista” por parte de la crítica y también por un sector del público. “Fascista” ¿qué quiere decir? El adjetivo fascista, o su síncopa facha (facho en algunos países sudamericanos), es un peyorativo utilizado para denigrar a personas, grupos e instituciones que en su mayoría no se calificarían de ese modo a sí mismos, más allá de su estricta correspondencia con la ideología, los partidos políticos o los regímenes políticos fascistas. Se utiliza de forma muy extendida, tanto en el lenguaje coloquial como de forma muy frecuente en todo tipo de literatura.
En el caso que nos ocupa este adjetivo se usa porque un policía utiliza métodos poco ortodoxos para combatir el crimen erigiéndose en un justiciero, en juez y verdugo.
El fundamento de las motivaciones del inspector Harry Callahan es la dificultad de la justicia por ejercer sus funciones en la sociedad. Se alaba al delincuente y se denigran a las víctimas, algo muy propio de cierta prensa que se llama así mismo “progre” o de “ideas avanzadas”.
Pero los resultados de estas ideas son evidentes, corrupción política, enriquecimiento desorbitado e ilegal de gente sin escrúpulos y empobrecimiento de la población civil. Paro, ruina, crisis económica como la actual. Precisamente es en la actualidad cuando comprobamos sus consecuencias el momento de exigir mano dura contra el delincuente que nos ha llevado al desastre.

SOBRE EL PACK

Recibo desde Amazon UK una interesante oferta, un pack con las cinco películas de Harry el sucio en Blu-Ray, tienen versión en castellano (y también español latino entre otros idiomas) a un precio asequible. Mucho más barato que comprado en España.
Así que me decidí a adquirirlo y lo recibí. Todo impecable. Aún no las he visto porque tenía otras películas por ver antes, pero si me dediqué a ver los numerosos documentales incluidos en el pack.
Más adelante hablaré de las películas, cuando las haya visto, pero sí me referiré a los documentales porque hablan de antiguas polémicas. Cuando se estrenaron en los setenta los primeros títulos del pack fue machacado por la crítica basándose en que su ideología es fascista. Un adjetivo que muy alegremente te colgaban en aquella época cuando no se comulgaba con los dogmas de fe de la crítica oficial.
El término políticamente correcto aún no existía. Sin embargo, pese a la acusación de fascismo implícito del personaje del inspector Harry Callahan, se ha convertido en todo un referente del thriller de acción.
Resulta curioso analizarlo actualmente porque en cuarenta años el mundo ha cambiado mucho y esos títulos aún se ven frescos, no resultan demasiado anticuados.
Tal vez la polémica sigue vigente a pesar del tiempo transcurrido. El director Don Siegel, cineasta a reivindicar, sugiere que las leyes de aquella época y las actuales, protegen más los intereses del delincuente que de sus víctimas. Por eso los ciudadanos se sienten indefensos ante quienes les agreden, les roban o les asesinan porque la Ley mira hacia otro lado.
Esa sensación existe en la actualidad. Un transgresor de la Ley, si es detenido entra por una puerta y sale por otra porque les jueces les sueltan enseguida, provocando que una vez en la calle arremeta contra el ciudadano que les ha denunciado.
Parece ser que vivamos en una especie de dictadura de la delincuencia. En aquel tiempo, se mitificaba a toda clase de matones presentados como una consecuencia de la sociedad y en sus víctimas. En los USA se rodaban películas mitificando a Bonnie y Clyde o Dillinger (por no hablar de los pistoleros como Buffalo Bill y compañía del far west) , la policía estaba completamente desacreditada (en España por el franquismo), se les llamaba cerdos y otros adjetivos malsonantes.
Defenderlos era propio de mentes reaccionarias y fascistas, enemigos del pueblo y demás malas hierbas. Toda esa confusión ideológica (pues estaba de moda mitificar los países comunistas donde la lucha contra la delincuencia era mucho más dura que en los países capitalistas) provocó la desmotivación, el desánimo de las Fuerzas de Seguridad del Estado.
De repente les sale un inspector justiciero que no se anda con chiquitas, que es durísimo y brutal. Sus irónicas frases calaron hondo en el público que las repetía constantemente.
A pesar del rechazo de la crítica, Harry Callahan triunfó en taquilla. Se convirtió en todo un icono de la cultura popular en los Estados Unidos y en todo el mundo. En España barrió, llenaba las salas y el público se identificaba con él.
La acción está ambientada en San Francisco, una ciudad que ha visto muchísimas películas, con el famoso Golden Gate y sus calles empinadas, su tranvía de sabor añejo, su barrio chino. Callahan reside en un apartamento chiquito, claustrofóbico, que casi parece el camarote de los hermanos Marx. Apartamentos que son habituales en grandes ciudades (Madrid, Barcelona, por ejemplo) y en él el susodicho inspector no tiene vida familiar por lo que se le observa un carácter amargo y dificil.
El éxito no fue casual ni gratuito porque en realidad Callahan es alguien que mucha gente desearía ser. Actuar sin las cortapisas de lo políticamente correcto y enviar a los delincuentes al otro barrio, sobre todo a los más hipócrita de los mismos, a los de corbata y cuello alto que siempre pagan a otros para que les hagan el trabajo sucio.
Resulta curioso ver el código de conducta de esos personajes. Son ultramachistas y consideran que violar a una mujer, matarla o pegarla es impropio de machos. Es decir que valoran enfrentarse a un enemigo que sea físicamente fuerte, porque vencerlo es más meritorio. Ejercer la violencia con personas débiles (mujeres, niños, ancianos, enfermos) es digno de cobardes y afeminados (sic). En la actualidad en que la violencia doméstica está de moda y siempre aparecen noticias de mujeres asesinadas por sus parejas, la prensa feminista la atribuye al machismo y eso contradice la ideología propiamente machista antes expuesta.
La confusión ideológica está aún vigente en nuestra actualidad.

SOBRE "HARRY EL SUCIO"

En estos años de dejadez política, en la que el individualismo ha campado a sus anchas, emponzoñando ideológicamente a la mayoría de los ciudadanos, la corrupción generalizada se ha extendido como mancha de aceite y en estos años aciagos estamos pagando las consecuencias de tal laxitud.
Los ciudadanos se sienten débiles, impotentes. La justicia, la administración de justicia, tanto en los gloriosos Estados Unidos como en la anacrónica España se ha dejado llevar por la burocracia, una mentalidad cerril y absurda llena de obstáculos. Un criminal asesina a una joven, la mete desnuda en un pozo. La policía encuentra pruebas, el arma homicida, informes de balística, no hay ninguna duda y por detalles burocráticos sale indemne y la prensa le aclama como una víctima.
Un criminal llamado Scorpio, un psicópata enfermo, esquizoide, que vive en una realidad paralela comete crímenes para chantajear a la ciudad de San Francisco y así enriquecerse de forma indebida. Harry El Sucio le descubre pero no puede detenerle por formulismos. La vida de los ciudadanos en peligro y el delincuente feliz y contento.
Criticar la pésima organización de la justicia no es fascista, tal vez sean los métodos brutales de Callahan, propios de película de acción realizados para ser espectaculares y divertir al público, ávido de sensaciones fuertes y aumento de adrenalina.
Harry el Sucio en sí no es más que espectáculo, pero también una reflexión, un debate de cómo funciona el sistema y sus deficiencias.
Como en toda la serie Harry tiene un compañero que acoge de malhumor, en este caso un hispano, en otros una mujer o un oriental. El compañero o compañera acabará herido o muerto.
Las frases de Clint Eastwood son antológicas, oleadas de admiradores de todo el mundo las repiten sin cesar. El estilo de Donald Siegel es directo, impactante. La fotografía es clara, muy luminosa como en la mayoría de películas de la época.
Siegel es un director que ha sido poco estudiado, pero tiene en su haber una filmografía muy interesante: La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers , 1956), estremecedor relato de ciencia ficción, Baby Face Nelson (1957), Código del hampa (The Killers, 1964), La jungla humana (Coogan's Bluff, 1969), con Clint Eastwood al igual que Dos mulas y una mujer (Two Mules for Sister Sara, 1969) y El último pistolero (The Shootist, 1976), la última película de John Wayne.

SOBRE HARRY EL FUERTE

Ted Post es conocido por su desafortunada secuela Regreso del planeta de los simios, aunque comparado con la versión del sobrevalorado Tim Burton es, como mínimo, una obra maestra. Se recuerda también un western con Clint Eastwood, Cometieron dos errores, que la crítica machacó como una copia estadounidense del cine de Sergio Leone, a su vez copiado del cine japonés. Pero señalo Jaula sin techo (The Baby, 1973) con Anjanette Comer y Ruth Roman como una excepción. Un thriller perverso que vi en un Imagfic hace muchísimo tiempo.
La segunda aventura de Harry, esta vez el Fuerte, trata de contradecir la película anterior convirtiéndose el inspector Callahan en un férreo defensor del “sistema”. Unos jóvenes policías, futuras estrellas de cine y televisión, asesinan por su cuenta a delincuentes a los que la “Justicia” ha dejado en libertad. Sus métodos son brutales, violentos y provocan el caos en la ciudad de San Francisco.
La realización de Post es agresiva, como en sus mencionados trabajos, e impactante. Sobretodo visto en las grandes pantallas de antaño con 70 mm. Impresionaban una barbaridad.
Muchos desnudos, propios de la época, que entonces eran considerados transgresores o simples maniobras comerciales. No era un cine dirigido a la familia conservadora estadounidense, como es en la actualidad lo que produce Hollywood, en su día fábrica de sueños y en la actualidad de sopor y muermo.

SOBRE HARRY EL EJECUTOR

Esta vez otro segundón se hace cargo de la dirección de la película, James Fargo en este caso. Si en la anterior entrega los villanos era unos policías que asesinaban porque el sistema no les dejaba ejercer su labor, esta vez nos encontramos con terroristas que pretenden cambiar el sistema o hacer una revolución presuntamente izquierdista utilizando la violencia, el crimen, el asesinato, la extorsión.
Lo podríamos definir como los lunáticos del otro bando que en aquella época estaban muy de moda. No hace falta añadir que todos fracasaron con estrépito pese a que tienen o tenían muy buena prensa en medios que se dicen progresistas.
En fin otro caso de confusión ideológica.
Tyne Daly es la primera ayudante femenina de Callahan, primero la despreciará por ser mujer, pero después sentirá gran admiración por ella. Recurso muy habitual en el cine de Eastwood, primero desprecia a sus camaradas y después los admira. La actriz se hizo famosa y protagonizó durante muchos años la serie Cagney y Lacey de corte policiaco
El resto de la película son reiteraciones. Trabas policiales a su labor, políticos catetos y oportunistas. Escenas espectaculares en la vacía cárcel de Alcatraz, humor socarrón de Eastwood y su cara impasible.
El desgaste de la fórmula comienza a ser muy evidente.

SOBRE IMPACTO SÚBITO

Dirigida por el propio Clint Eastwood, cineasta irregular, capaz de lo mejor como de lo peor, y con Sondra Locke, su compañera sentimental en la época, como coprotagonista, nos encontramos ante un caso de violación, encubrimiento por parte de la justicia por motivos estrictamente personales, denigración de las víctimas (algo muy habitual en estos casos) y como consecuencia una de ellas recurre a la venganza para eliminar a sus verdugos porque la ley no le deja otra solución:
Es como si se quisiera buscarle un alma gemela a Harry Callahan, no en vano la unión artística de Clint y Sondra duró mucho tiempo aunque acabara mal, de forma abrupta, detalles en los que no voy a entrar.
Se trata de la película hecha por hacer, para sanear cuentas corrientes y vivir holgadamente durante una temporada lo que a mí me parece bien si se consigue con medios legítimos.
Una vez más el reflejo de una pseudo justicia que se deja llevar por las cortapisas, el caciquismo de pueblo, la burocracia, la comodidad y la indolencia. Callahan tiene unos superiores zoquetes cuyos cargos los habrán conseguido en una rifa porque sus méritos son escasos. En fin, los tópicos habituales en esta serie de películas aunque siempre, incluso en sus peores ejemplos, rodados con total profesionalidad.
Los fans de Eastwood quedaron muy satisfechos.

SOBRE LA LISTA NEGRA

La última película hasta la fecha de Harry el sucio. La fórmula está ya agotada y Eastwood se veía ya demasiado mayor para el personaje. Empero hay algunas ideas interesantes. La persecución del cochecito de juguete portando explosivos todo un alarde de ingenio.
La acción se centra en unos crímenes en los que se ve involucrado un director de cine de terror que rueda en San Francisco, es decir off Hollywood, autor de bodrios infames y encima paranoico, que me recuerda a un colega suyo en nuestros lares de cuyo nombre no quiero acordarme, y de un fan suyo tan loco como él que también me trae pésimas reminiscencias.
Los tipos curiosamente me son muy familiares por desgracia.
La lista negra no fue demasiado bien en taquilla y Eastwood llegó a la conclusión de que su personaje fetiche se jubilara de una vez por todas. Al menos tuvo una digna despedida.
Una de las primeras apariciones del histriónico Jim carrey antes de conquistar la fama con sus inenarrables aspavientos.
La realización es plana, carece de relieve, y está muy lejos de Don Siegel, el creador del filme original, el mejor de toda la saga que nos ocupa.