ELIJAH WOOD, FRODO EN "THE HOBBIT"

¿Cómmo le ha ido en Nueva Zelanda, rodando las dos partes de El hobbit?
¡Yo ya he terminado lo mío! Empecé en octubre y fue muy emocionante: era casi surrealista volver a vestirme de Frodo, pero al mismo tiempo me reencontré con viejos amigos. Eso fue lo más fuerte, era como una maravillosa reunión familiar o viajar al pasado.
Frodo no estaba en el original...
Sí, por eso nunca pensé que volvería a encarnarlo. Pero Peter Jackson decidió introducir saltos en el tiempo y, aunque mi presencia en la película será breve, estará en partes muy hermosas y emocionantes.
¿Qué diferencias habrá respecto a El señor de los anillos?
Es difícil explicarlo en pocas palabras... la escala es distinta. La trilogía de El señor de los anillos cuenta una historia muy grande, y el aspecto de la película es masivo, sobrecogedor. El hobbit es más íntimo pero, a cambio, la tecnología será aun más impactante, y en tres dimensiones... Jackson está muy a gusto, relajado: está haciendo una gran producción, pero en un ambiente tan lejano, tranquilo y natural como Nueva Zelanda.
Su carrera cambió por completo con El señor de los anillos, ¿cómo vivió ese éxito?
Mi vida, es evidente, viene marcada por ese proyecto. No solo en cuanto a lo profesional, también en lo personal: me pasé 16 meses de rodaje muy intensos, viviendo en Nueva Zelanda, con una agenda durísima... Al terminar, me sentía agotado, pero nunca perdí el interés en actuar: sabía que no encontraría un proyecto tan enorme, pero sí papeles distintos, novedosos, y en eso sigo.

Elijah Wood trabajó en una de nuestras producciones. Los crímenes de Oxford, bajo la dirección de Alex de la Iglesia junto a John Hurt y Leonor Watling.
A la izquierda cartel de Happy Feet, rompiendo el hielo, en la que dobló la voz del personaje principal, un pingüino que baila claqué. Ha repetido personaje en la segunda parte; Happy Feet 2: el pingüino.
Debajo dos fotos de Elijah cuando era niño, pues debutó en las pantallas a muy corta edad llevando ya mucho tiempo en este oficio del espectáculo.
Su Frodo le hizo famoso, como a casi todo el reparto de El Señor de los Anillos, actores que pasaron de ser unos desconocidos a unos iconos de la pantalla.