STAN LAUREL Y OLIVER HARDY (1)

La pareja Stan Laurel y Oliver Hardy se unió en 1927, aparte de Harold Lloyd, fue el mayor triunfo artístico de Hal Roach. Durante los treinta el tandem llegó a superar en comicidad y en popularidad al célebre escalador de los rascacielos, porque además de estar bien conjuntados contaba con el talento extraordinario del escuálido Laurel.
Hal Roach se ufanaba de ser su descubridor, aunque en sus declaraciones nunca demostró poseer buena memoria. Un ayudante de dirección vio a Laurel en la escena, recomendándole el espectáculo a Roach que fue a verle quedándose entusiasmado por su talento.
Según declaró a Hans Stempel en 1980: "Lo encontré muy divertido y le hice un contrato para siete años. Pero Laurel tenía los ojos azul cielo y, como la película de que disponíamos en aquella época -película de nitrato- no fotografiaba bien los azules claros, en el rollo de prueba parecía que estaba ciego. De forma que no podía sacarle en las películas, pero ya estaba contratado, le coloqué de guionista y creador de gags en el estudio.
"Cuando salió un nuevo tipo de película, la pancromática, le hicimos una nueva prueba y los ojos se veían mucho mejor. No más saberlo le dimos un papel corto en una comedia y lo hizo muy bien.
En la segunda actuación coincidió con Hardy en la misma película, y los dos juntos se compenetraban muy bien. De manera que en la siguiente le dimos un papel un poco más largo. Leo McCarey, que después fue un director muy importante y que entonces trabajaba para nosotros, les cogió a los dos y rodó una película llamada Putting Pants of Philip (1927). Resultó una comedia muy divertida y desde entonces Laurel y Hardy formaron una pareja".
La realidad es muy distinta a la explicada por el desmemoriado Roach, en primer lugar Putting Pants of Philip fue dirigida por Clyde Bruckman, no por McCarey, y además fue la catorceava película de la pareja Stan Laurel y Oliver Hardy.
Pero dadas las circunstancias es mejor empezar por el principio, cuando Charlie Chaplin abandonó la Compañía de Fred Karno cedió a Stan Laurel el cetro de primer actor de la misma. El número más célebre de Laurel en la troupe inglesa, "The Keystone Trío", era precisamente una parodia de su antiguo compañero.
Cuando se disolvió el espectáculo, Stanley no quiso regresar a su país natal pasando a diversas compañías americanas hasta que en 1917 fue contratado por la Universal para rodar Nuts in May (1917) de Bobby Williamson. Tras ser emparejado con Larry Semon en algunos títulos, Huns and Hyphens (1918), Bears and Bad Men (1918), Frauds and Frenzies (1918), Laurel ya en solitario pasó a la productora que le iba a dar mayor celebridad, la Hal Roach Company, cuyos cortos entonces estaban distribuidas por la Pathé, y más adelante por la Metro-Goldwyn-Mayer
En aquella época se produjo el encuentro casual de los futuros socios en dos títulos, Un perro afortunado (Lucky Dog, 1918) de Jesse Robbins y Tomasín y el recaudador (The Rent Collector, 1921) de Larry Semon y Norman Taurog, en los que Oliver Hardy tenía un papel muy secundario, mientras Stan Laurel era el protagonista. El segundo de los dos fue una cinta de Semon para la Vitagraph, de quien hemos hablado más arriba.


Ya hemos explicado la carrera de Hardy individual, pero la de Stan Laurel fue muy superior. Los films de esta primera etapa son completamente distintos de los que vendrían años después, el primer Laurel era arrogante, algo antipático y bastante osado que en más de una ocasión jugaba con el equívoco sexual. Vestido con un traje tres o cuatro medidas más grande que las suyas propias, Stan era un cómico dinámico y saltarín que vivía las mayores peripecias inimaginables.
En solitario Laurel rodó más de cuarenta cortos para Roach, su especialidad era la parodia de diversos títulos de éxito como Mud and Sand (1919) donde Stan se mofó del mismísimo Rodolfo Valentino. Dentro de esta etapa destacamos los títulos más celebrados, Hoot Man (1918) de Hal Roach, su primer film para la Rolin; Naranjas y limones (Oranges and Lemons, 1923) de George Jeske; En el Africa salvaje (Roughest Africa, 1923) de Hal Roach; Smithy (1924) de Hal Roach; El hombre de las mil caras (The Sleuth, 1925) de Stan Laurel, parodia del cine detectivesco con malévola secuencia de travestismo que Laurel utiliza para seducir a sus enemigos; Dr. Pyckle and Mr. Pryde (1925) de Percy Pembroke, versión cómica de Jekyll y Hyde; Stan Laurel, carpintero (Atta Boy, 1926) de Alf Goulding; On the Front Page (1926); Get'em Young (1926) de Stan Laurel y Fred Guiol; Cartas de Eva (Eve's Love Letters, 1927) de Hal Roach, obra maestra del enredo y madurez de Laurel como actor de comedia; Should Tall Men Marry (1927) de Hal Roach, su último corto en solitario.
El papel de villano lo desempeñaba James Finlayson, calvo, bigotudo y de mirada atravesada, con el cual Stan tenía serios enfrentamientos. Laurel en este personaje de pícaro sin escrúpulos ya se había ganado un crédito suficiente para convertirse en uno de los grandes de la comedia visual, pero sin embargo al cabo de una década de interpretar este papel la fórmula parecía quemada por lo que Hal Roach tuvo la feliz idea de dar un giro radical a su alicaída carrera, ya que el slapstick tradicional entraba en una profunda crisis.
A partir de 1926, en las postrimerías del cine mudo, Stan Laurel y Oliver Hardy formaron la pareja artística más perfecta de la Historia del Cine basándose en una comicidad imaginativa. El nuevo personaje de Laurel nada tenía que ver con el anterior, dentro de la pareja era un lunático surrealista, un ser que parecía proceder de otra galaxia actuando con inusitada parsimonia como si estuviera ejecutando un ritual.

Su primer encuentro en cine: "The Lucky Dog" (1919)

Su última foto juntos. Hardy ya estaba enfermo.

Hasta 1951, Stan Laurel jamás volvió a actuar sin su compañero, y tras su retirada enfermó de diabetes quedando postrado en su silla de ruedas hasta que murió en su casa de Santa Mónica, California, el 23 de febrero de 1965. En los últimos años, su única actividad artística fue la venta de gags anónimos para las películas de Jerry Lewis o los shows televisivos de Dick Van Dyke, ambos herederos de Laurel.
El célebre "Flaco" tuvo cinco esposas, aunque se casó dos veces con la misma mujer, Virginia Ruth Rogers. Pecoso, pelirrojo, enjuto, Arthur Stanley Jefferson encarnó como nadie la figura de ese personaje imposible cuyo sentido de la lógica parece estar en desacuerdo con la racionalidad humana.
Contradiciendo a Roach, la pareja tardó un tiempo en adaptarse. Oliver Hardy era un relleno en sus primeras colaboraciones con Laurel: Forty Five Minutes From Hollywood (1926) de Hal Roach; Duck Soup (1927) de Fred Guiol; Slipping Wives (1927) de Fred Guiol; Love'em and Weep (1927) de Fred Guiol; Why Girls Love Sailors (1927) de Fred Guiol; El pelotón de los torpes (With Love and Hisses, 1927) de Fred Guiol y Marineros (Sailors Beware!, 1927) de Hal Roach. Estas eran películas más parecidas a las anteriores series de Laurel, donde el gordo era un contrapunto que siempre salía para hacer de villano o recibir las bofetadas como le había ocurrido en anteriores colaboraciones con Charley Chase y Mabel Normand, en su etapa en la Rolin, por lo que se deduce que la pareja en sí misma tardó en definirse.

Salvador Sáinz